lunes, 18 de mayo de 2009

Natalia Duque
08201011
Mayo 19/09
Ensayo

Víctimas del abuso sexual infantil son implícitamente culpabilizadas al denunciar los hechos.

Desde hace casi ya una década la problemática del abuso sexual infantil comenzó a conocerse y a vivenciarse en los hogares de los caleños. Sin embargo, hoy esta situación se ha convertido en un flagelo que ha sido casi que imposible de detener, pues cada día las cifras que se dan a conocer aumentan notoriamente y cada vez más niños resultan ser víctimas de tan cruel violencia. El abuso sexual infantil se conoce como cualquier tipo de actividad sexual con un niño en donde se emplea la amenaza o la violencia y en donde generalmente el infante es engañado y comprado materialmente, con el fin de que el autor del acto, satisfaga sus necesidades sexuales diariamente. Este tipo de actos se da cuando un adulto o una persona mayor al niño abusan del poder o autoridad que tienen sobre él o ella y se aprovechan de la confianza para hacerle participar en actividades sexuales. Es importante aclarar que el abuso sexual infantil a diferencia de la violencia sexual infantil no necesariamente comprende la violación, es decir, la penetración sino caricias y juegos con los genitales, mientras que la violencia sexual se refiere a todo tipo de acto o comportamiento sexual ejercido sobre un niño ocasionalmente en donde necesariamente hay penetración.Tristemente esta situación en Cali ha aumentado durante los últimos años debido a la falta de educación, al temor a denunciar al autor de los actos y la poca efectividad de las leyes en Colombia.

La falta de educación dentro de la ciudad de Cali impide que los niños obtengan conocimiento sobre aspectos importantes como es el saber valerse por sí mismo, el hacer uso de la justicia, tener claridad en términos y responsabilidad sexual y el saber que no se puede permitir que el abuso sexual infantil se inicie en sus propios hogares. Indiscutiblemente “la educación en nuestra ciudad es muy pobre lo cual desfavorece a los niños” (Ana María; entrevista personal) debido no reciben una formación adecuada para desarrollarse dentro de la sociedad en donde el riesgo de violencia, maltrato, drogadicción, entre otros atentan contra ellos. Claramente los niños y niñas son vulnerables frente a este flagelo porque en cierta manera son indefensos y no saben cómo reaccionar cuando son sometidos a un abuso sexual. Es imposible pensar que un niño que está siendo utilizado en actividades sexuales por su padre o un adulto, reconozca que una “una caricia y juego con su genitales” (Guerra; 2001, 47) no debe ser aceptada o que logren detener estos actos. No sólo el hecho de que “la calidad y cobertura de la educación en Cali está a punto de rajarse” (Periódico El País; Feb.2009 ) genera un gran aumento en las cifras de esta problemática, sino la educación dentro de cada familia, la cual es indispensable para el desarrollo personal, emocional, psicológico y social de cada niño. El ambiente familiar dentro de los hogares influye en el crecimiento de cada miembro de la familia. Los ejemplos de los padres, los valores transmitidos e inculcados, el vocabulario, los comportamientos y el aprender a distinguir entre lo bueno y lo malo es un deber de los padres de familias con sus hijos. Sin embargo durante el siglo XXI, la “generación X”, esta distinguida por la inestabilidad familiar lo cual genera una mayor libertad y falta educación dentro de la familia. Actualmente en Cali, los hogares son muy inestables, una gran mayoría de niños no tienen o padre o madre sino que viven con sólo uno de sus dos padres o con su madre/padre y el compañero de su él/ella. Es así como hoy en día los niños no reciben una educación apropiada ni por parte de sus padres ni por los maestros que se centran más en desarrollar habilidades técnicas y dejan a un lado lo más importante: la formación moral y de cada infante.

El miedo a denunciar y a romper el silencio, simplemente, impide conocer a los criminales y permitirles que continúen abusando sexualmente de sus víctimas. Al no hablar de los hechos y al cumplir el trato de “guardar el secreto” (Besten; 1997, 49), se genera una mayor complicidad y un mayor riesgo de que el abuso sexual infantil siga creciendo dentro de la sociedad. Hay que tener en cuenta que el temor que se genera en las victimas es psicológicamente normal debido a que se sienten amenazadas y en muchas situaciones no tienen ningún apoyo familiar que les ayude a romper ese temor y lograr la ruta para hacer justicia, logrando que sus derechos no sean violados nunca más. Normalmente las víctimas del abuso sexual infantil están sometidas a la amenaza y en muchas situaciones a la violencia por parte de los abusadores con el fin de que estas personas no sean denunciadas. Por el miedo a ser maltratadas, a no recibir un juguete, los niños no se atreven a confesar los hechos. A pesar de que en Cali se han lanzado programas que ayudan a la prevención del abuso sexual infantil, se han abierto Casas de Justicia y Paz en las zonas más vulnerables frente a esta situación y se han elaborado campañas con el fin de proteger a los niños, no se logra que todas las victimas denuncien ni que miembros de la familia conocedores de la situación revelen los hechos. Esto se debe a que en la mayoría de los casos, cuando las victimas logran denunciar, los efectos inmediatos en la mayoría de los casos no son positivos. Pues la primera respuesta que se obtiene es la del abusador quien niega completamente los hechos y por tanto los niños quedan “implícitamente culpabilizados” (Guerra; 2001, 2). Como consecuencia, las victimas quedan desprotegidas por sus familiares, quienes no creen en los hechos revelados y apoyan al abusador, quien normalmente es su esposo, con el fin de impedir que sea condenado. Desafortunadamente las victimas quedan en manos de la ayuda del estado o de terapeutas que las ayudan para que se haga justicia. Este proceso no es fácil para ninguna de las victimas porque se vive en “un estado emocional de estrés” (Guerra; 2001, 3) y de tensión generado por todo el proceso y por obtener una respuesta a su favor. La desprotección, la culpabilidad, el miedo a ser maltratadas, la incertidumbre de lo lograr la condena del abusador y adicionalmente la sentencia son factores que influyen en la decisión de las victimas de dar el paso que acabara con los años de sufrimiento y esclavización sexual. Es evidente que la única forma de lograr que se haga justicia es revelar los actos.

De igual manera la poca efectividad de las leyes en el país influye en este flagelo e indudablemente contribuye a que las cifras no se detengan. Parece mentiras que cada año sean abusados sexualmente 200 mil niños y que no se den condenas decentes contra los autores de estos actos. Desafortunadamente en Cali no sólo la invade la corrupción sino también el hecho de que las leyes están escritas y establecidas pero no se cumplen efectivamente. Como es posible que Luis Alfredo Garavito y Manuel Octavio Bermúdez, dos de los abusadores más grandes y conocidos en Colombia hayan recibido sólo 26 años de prisión habiendo violado y matado 172 niños el primero y Bermúdez abusado de 34 menores en el Valle del Cauca?. En el país la pena máxima que se puede ejercer es de 40 años de prisión. Sin embargo existen demasiadas oportunidades para que los criminales logren reducir la condena. Es por eso que en el momento de hacer justicia o condenar a los criminales del abuso sexual infantil, la pena mayor la reciben los niños quienes sufren trastornos psicológicos y emocionales, mientras que a los abusadores no se les impone fuertes penas. Es increíble que la justicia en el país ceda y sólo condene este tipo de actos con un número insignificante a las víctimas. Esto se debe a que en Colombia existe una crisis en el sistema judicial y por tanto se es imposible contrarrestar la problemática. A pesar de que actualmente se ha propuesto la cadena perpetua para los abusadores sexuales de menores, es evidente que el gobierno y la justicia no se encuentran en condiciones ni se encuentra preparada para poder hacer efectiva la aplicación de las leyes. Hay que resaltar que las leyes SI existen, pero desafortunadamente, la aplicación no ha sido efectiva y por ende las cifras del abuso sexual continúan en aumento. Básicamente las leyes no son efectivas porque la justicia funciona de manera equivoca o casi que en contra del inocente, es decir, existen formas que apoyan a que las penas se reduzcan sin importar en su totalidad los hechos y razones de la condena. Una persona que abusa sexualmente de un menor puede y es condenado puede beneficiarse (bajar la condena) si tiene un comportamiento dentro de la cárcel y adicional si hacen uso de la infinidad de métodos ilegales que logran que un criminal prácticamente no pague una condena.

Para concluir es necesario tener presente que a esta problemática se le suman el resto de problemáticas que contribuyen a que la ciudad este en una inmensa crisis no sólo económica sino social y cultural. Definitivamente este flagelo no es una problemática que viene atropellando a la sociedad desde hace dos años sino desde hace más de diez años cuando se dieron a conocer los terribles casos de abuso sexual infantil como fue el caso de Garavito. De igual forma es indispensable resaltar que las cifras continúan en un rápido crecimiento debido a que no existe una educación formal ni familiar, existe un gran temor por derrumbar el secreto y el uso adecuado de las leyes es poco efectivo. Sin embargo no se pude dar un exacto de las cifras ya que el aumento es un supuesto, pues no todas las victimas logran tomar la difícil decisión de denunciar los hechos. Es esta quizás la situación que más influye en la problemática ya que se considera que el proceso que tiene el denunciar es estresante, deprimente y generalmente causa una culpabilidad implícita en las víctimas. Dado a este hecho muchos casos se quedan en el secreto y es por eso que es difícil hablar de un aumento en relación con las cifras de abuso sexual infantil presentado durante los dos últimos años. Pareciera fácil acabar con esta problemática o por lo menos reducir las altas cifras cuando se piensa en una cadena perpetua o cuando se piensa en invertir en proyectos de prevención y apoyo a las víctimas y a los familiares de las víctimas pero en realidad no es nada fácil lograrlo cuando no tiene corrupción, pobreza, violencia y ante todo falta de conciencia de la sociedad para actuar contra esta situación y las demás que atentan con la buena convivencia y seguridad de todos los ciudadanos.


Bibliografía:

Besten, Beate. Abusos Sexuales En Los Niños. Editorial Herder, S.A, 1997.
Entrevista Personal, Ana María Fernández, trabajadora social del hospital Club Noel, 1 Abr.2009
Guerra, Olga. "Abusos sexuales: una desprotección." 15 Abr. 2009 .
"La calidad de la educación pública en Cali es regular”. El País. 23 Feb. 2009. 15 Apr. 2009 http://www.elpais.com.co/paisonline/notas/Febrero232009/educa.html.